Dejarte llevar por acordes improvisados, transportarte a un
atardecer en la India o a un barrio andaluz de los que inspiraron a los
mejores artistas de flamenco, reconciliarte con tu caos interior y que de
repente todo sea armonía, apreciar matices que te hacen sonreír y
suspirar de gozo, desafiar al oído con sonidos que parece imposible que salgan
de una guitarra, cerrar los ojos y… hacer el amor con la música, lenta,
intensa, delicadamente…
Sensaciones
que se experimentan al escuchar a David, un artistazo granaíno que con
sencillez y talento a partes iguales, hace de la guitarra algo más que un
instrumento.
Al
hablar con él te das cuenta de que vive por, para, desde, (y todas las
preposiciones posibles) la música. Sus canciones van más allá de un
flamenco puro o una buena fusión, él lo llama "soltar energía", pero
nosotros cambiamos "soltar" por "regalar", porque la
energía que desprenden él y su guitarra crea un clima mágico.
Nos cuenta que
desde pequeño la música define sus días, y que vivir de ello es un
reto que no es tan fácil como muchos creen. En su cueva de Sacromonte dedica
tardes enteras a sacarle más partido si cabe a las cuerdas de su guitarra,
sonidos y ritmos que una noche cualquiera de martes muestra al mundo con
pasión.
Desde aquí, David, te pedimos que nunca dejes de impregnar con tu
arte los recovecos de Granada, y que mientras llega ese toque de suerte sutil
que los artistas como tú merecen, te conformes con saber que hay personas
a las que les arreglas el día al llegar a casa, encender incienso y algo más, y
simplemente escucharte…
No hay comentarios:
Publicar un comentario